Inicio
p
Juan Bautista Plaza

cBiografía
cCronología
cSus familiares
cInfancia/Juventud
cEstudios en Roma
cVida familiar
cVida profesional
cMaestro de capilla
cEl Pedagogo
cConferencias
cPrensa y Radio
cEl musicólogo
cEl compositor
cCatálogo musical

p
Documental

cDocumental

 
 
 
La Fundación
c¿Quienes somos?
cPublicaciones
cNolita de Plaza
cContáctenos

 
Novedades

cPublicaciones
cEventos

p
Enlaces

JUAN BAUTISTA PLAZA (1898-1965)
Estudios en Roma

Becado por el Cabildo Metropolitano de la Catedral de Caracas, Juan Bautista Plaza partió a Roma el 19 de julio de 1920. Antes de llegar a Italia el vapor se detuvo en España, donde el joven tuvo la oportunidad de conocer fugazmente a Felipe Pedrell. El 25 de octubre llegó a Roma e inmediatamente inició sus estudios musicales en la Pontificia Escuela Superior de Música Sagrada, una institución que el Papa Pio X había fundado en 1911 con el fin de llevar adelante las reformas que en materia musical había propuesto en su encíclica "Motu Proprio", de 1903.

En esa prestigiosa institución, Plaza tuvo como maestros a destacadas figuras del órgano y la música religiosa: Paolo Ferretti en Canto Gregoriano; Raffaele Manari (organista de gran renombre) en Órgano; Licino Refice en Armonía; Cesare Dobici en Contrapunto y fuga; Raffaele Casimiri (compositor, organista y maestro de capilla de la Basílica de San Juan de Letrán) en Polifonía y en Composición Sagrada; y Edoardo Dagnino en Historia de la Música

Los progresos de Plaza no se hicieron esperar y en tan solo dos meses aprobó su primer año de armonía. Sus avances en el órgano y sobre todo en la composición fueron notables. En 1921 envió a Caracas sus Seis Motetes en honor del S. Sacramento, que fueron muy elogiadas por su antiguo maestro Jesús María Suárez. En marzo de ese mismo año se estrenaron en Francia tres de sus obras más recientes, enviadas allá por uno de los profesores del Colegio Francés. En mayo, al escuchar sus composiciones, el maestro Licino Refice le dijo que de seguir así "hará una bella carrera". Todo esto motivó a Plaza para trabajar muy duro, dedicando largas horas del día al estudio de todas sus materias.

En las cartas a su familia y al Cabildo Metropolitano de la Catedral de Caracas, Plaza escribió mucho sobre sus progresos en la interpretación del órgano y sobre su anhelo por disponer en Caracas de un órgano adecuado para la interpretación de todo el repertorio organista. Eso no era posible con los órganos existentes en la ciudad, por lo que las autoridades eclesiásticas le solicitaron presupuestos para la adquisición de un nuevo órgano. Plaza hizo las diligencias, sin embargo el proyecto no pudo concretarse ni en ese momento ni en los posteriores veinticinco años en que se desempeñó como maestro de capilla de la Catedral.

Además del aspecto formal de sus estudios, Roma le ofreció a Plaza la posibilidad de acercarse a todo un mundo musical completamente desconocido en su Caracas natal. Asistió a infinidad de conciertos donde apreció obras de los más diversos géneros, estilos y épocas, partiendo desde la antigüedad, el gregoriano, los primeros polifonistas, las escuelas romana, veneciana, francesa y española, hasta las creaciones religiosas más modernas de principios del siglo XX encabezadas por Lorenzo Perosi, con quién había entablado cierta relación a finales de 1920.

Pero este conocimiento no se circunscribió ni limitó únicamente a la música religiosa. La música profana también le atrajo en sus más diversas manifestaciones y concepciones: la música sinfónica, la ópera, la música de cámara, la música para órgano, las ideas nacionalistas, los nuevos conceptos armónicos. Conoció al Beethoven sinfonista, a Wagner y su ópera, a Strauss y Debussy con sus concepciones modernas de la orquestación, a los rusos con su nacionalismo, así como a los entonces jóvenes compositores que innovaban con sus nuevas concepciones armónicas. Todo esto lo motivó a componer y adentrarse también en el campo de la música profana.

Plaza aprovechó su permanencia en Italia para emprender algunos cortos viajes a otras tierras. Entre agosto y septiembre de 1921 fue a Francia. El itinerario lo llevó por Chavagnes, París, Versalles, Niza, Milán, Ravena y Florencia. En Chavagnes se detuvo en la casa principal y el seminario de los Padres de la Inmaculada, que habían regentado el Colegio Francés de Caracas, donde Plaza cursó sus estudios de primaria y bachillerato. Otros viajes más cortos tuvieron como destino Asis, Aventino y el famoso Monte Sacro.

Inicialmente sus estudios debían durar cuatro años: los tres primeros de estudios básicos y el cuarto para cursos de especialización. Sin embargo, la repentina muerte de su padre, ocurrida el 19 de febrero de 1922, trajo consigo serios problemas económicos para su madre y sus hermanos. Para no sacrificar la carrera de Plaza, decidieron entonces que culminara los tres primeros años de estudio, suprimiendo el año de perfeccionamiento.

El 15 de julio de 1923 recibió su Diploma en Composición Sacra y unos días más tarde, el 24 de julio, embarcó en un vapor rumbo a Caracas, iniciando una nueva etapa de su vida.

 

 

Al utilizar parte de este material se agradece citar la siguiente fuente:
Sangiorgi, Felipe. Vida y Obra del Maestro Juan Bautista Plaza. CD-ROM. Fundación Juan Bautista Plaza, Caracas, 2002.

 
 

   
           

Portal de la Fundación Juan Bautista Plaza
© Copyright 2004-2016, Fundación Juan Bautista Plaza
Concepto y desarrollo: Felipe Sangiorgi

Webmaster: Osvaldo Burgos García