La avidez de conocimientos que desde joven mostró
Juan Bautista Plaza estuvo siempre acompañada de su vocación
por la enseñanza. No había culminado todavía su
bachillerato cuando ya impartía clases de música en el
Colegio Francés. Desde el mismo momento de su regreso de Roma,
Plaza dedicó gran parte de su vida a la formación de las
nuevas generaciones de músicos.
Pero Plaza no se conformó con la enseñanza
directa en un salón de clase. Por supuesto que ese fue uno de
sus aportes más importantes, sin embargo estaba convencido que
no era suficiente. Además de formar a los nuevos músicos,
también había que sensibilizar, educar y abrir la mente
del público en general. Un artista contemporáneo sin un
público que lo entendiera y apoyara no lograría alcanzar
el máximo nivel de sus posibilidades.
La respuesta a estas inquietudes la encontró en tres
medios: las conferencias, la prensa y la radio. Así abrió
el alcance de su magisterio a un inimaginable número de venezolanos.
Como la visión de Plaza siempre fue integral, no
asumió estos tres recursos por separado, sino que buscó
la manera de integrarlos: los textos que escribía para uno de
estos medios fueron a menudos utilizados también en los otros.
Conferencias
Tras su primera disertación de juventud, en el seno
del "Ateneo de los Siete", pasaron cerca de 10 años
antes que Juan Bautista Plaza asumiera la conferencia como un medio
eficaz de enseñanza.
En diciembre de 1927, dictó la conferencia "Los
orígenes de la ópera en Italia", en el auditorio
de la Escuela de Música y Declamación. Ese fue el comienzo
de una larga y constante actividad como conferencista que abarcó
los más diversos temas musicales, los cuales fueron expuestos
en todos los escenarios que estuvieron a su alcance. Plaza escribió
la mayoría de sus conferencias, las cuales leyó con entusiasmo
y vigor, agregando comentarios conforme avanzaba el discurso. Esto le
permitió utilizar algunos de sus textos en artículos que
publicó posteriormente en revistas y periódicos.
Su última conferencia, titulada "La música
colonial venezolana al día con la europea", la dictó
un mes antes de morir, el 27 de noviembre de 1963, en la sede de la
Asociación Musical.
Prensa
La labor de Plaza en los medios de comunicación impresos
fue larga y tesonera, abarcando toda su vida adulta: su primer artículo
titulado "Nuestra Música", fue publicado en la revista
Patria y Arte el 28 de octubre de 1917, cuando apenas iniciaba sus estudios
universitarios, mientras que el último de sus artículos,
"Un aspecto de nuestra música colonial", apareció
en El Nacional el 20 de enero de 1965, varios días después
de su fallecimiento.
La prensa le permitió "hablarle" a sus
contemporáneos de muchos temas y desde muchos puntos de vista
diferentes: Se encuentran artículos dedicados a los grandes maestros
de la música universal, como Haydn, Beethoven o Schubert, pero
también los hay dedicados a los compositores venezolanos contemporáneos
y sus obras; Escribió notas previas a diversos conciertos cuya
finalidad era motivar al público a asistir al evento, aunque
también figuran artículos con críticas, siempre
constructivas, que expresaban sus puntos de vista sobre lo oído
en alguna presentación pasada; no faltaron sus comentarios sobre
las presentaciones de grandes intérpretes como Claudio Arrau,
los Niños Cantores de Viena, Nicanor Zabaleta, Regino Sainz de
la Maza, el Orfeón Lamas o la Orquesta Sinfónica Venezuela,
etc.; Pero también escribió artículos sobre cultura,
sociedad, historia y estética musical, haciendo especial énfasis
en la necesidad de conocer, rescatar, preservar y/o hacer una música
con identidad venezolana.
A pesar de toda la variedad temática de sus trabajos
para la prensa, siempre se puso de manifiesto la idea de comunión
que debe existir entre el pueblo y el verdadero arte, siempre se palpa
el llamado a acercarse y a disfrutar con mente abierta y sensibilidad
de todo lo que la música tiene que ofrecerle al hombre y en especial
al venezolano.
Los años comprendidos entre 1925 y 1928 fueron especialmente
productivos en su labor periodística. En agosto de 1925 inició
sus colaboraciones con el diario La Religión, firmadas bajo el
seudónimo de "Diego Fabián". Los artículos
fueron numerosos y poco después fue ofreciendo sus colaboraciones
a otros medios impresos para ampliar el alcance de sus trabajos: ese
mismo año escribió en El Repórter; a partir de
1927 su pluma se hizo sentir en La Esfera, Mundial (diario juvenil),
El Universal, El Nuevo Diario; en 1928 colaboró con la Revista
Élite; y en los años siguientes publicó en los
periódicos La Esfera, El Heraldo, El Liberal, Ahora y El Nacional,
así como en las revistas Iris, Crítica, La Gaceta de América,
Clave, Educación, Boletín del Centre Catalá de
Caracas, Cultura Universitaria, Cubagua, Revista SIC, y la Revista Nacional
de Cultura que él mismo dirigió entre 1944 y 1946.
Sus colaboraciones también llegaron a publicarse
fuera de Caracas como en La Información y La Colmena de Maracaibo,
la Revista de Arte de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad
de Chile, Acción Liberal de Colombia y Musical Quarterly de los
Estados Unidos.
Radio
La radió fue el último medio de comunicación
que le permitió a Juan Bautista Plaza ejercer su magisterio al
gran público. De su participación en este medio se destacaron
básicamente dos ciclos radiales, uno en forma de curso de apreciación
musical y otro dedicado al bicentenario del natalicio de Mozart.
A principios de 1939 el gobernador del Distrito Federal,
general Elbano Mibelli, le propuso a Plaza dictar un curso de apreciación
musical con textos y música dirigido a la población en
general. La serie de charlas, de media hora de duración, saldría
al aire semanalmente por Radio Caracas [radio]. Fue así como
el 6 de marzo de 1939, los micrófonos de Radio Caracas se abrieron
y el público caraqueño pudo escuchar la voz del maestro
Juan Bautista Plaza cuando decía:
"El propósito de estas sencillas lecciones va
indicado en su título: lecciones populares sobre música.
Así, pues, lo que habrá de hallarse en ellas, no serán
disertaciones eruditas sobre temas de estética o de historia
musical, sino exposiciones muy sencillas en lenguaje llano e ilustradas
con ejemplos musicales, sobre todo aquello que una persona, aún
siendo de mediano entendimiento y de escasa cultura artística,
debe conocer del divino arte de los sonidos, considerado en sus múltiples
aspectos y manifestaciones, desde las más simples hasta las más
puras y elevadas."
Con estas palabras inició el maestro Plaza su memorable
ciclo de 55 charlas radiofónicas presentadas semanalmente bajo
el título de "lecciones populares sobre música".
Gracias a la pedagogía que lo caracterizó, Plaza emprendió
esta iniciativa, pionera en su época, para elevar el nivel cultural
y musical del público caraqueño. En las audiciones presentó
todo tipo de grabaciones. Enseñó a oír música
e impartió conocimientos elementales para formar un público
que disfrutara plenamente de este arte.
En 1966, para conmemorar el primer aniversario de la muerte
de Juan Bautista Plaza, su hermano Eduardo Plaza, recopiló todas
estas "lecciones populares sobre música" y la Universidad
Central de Venezuela las publicó en un libro que lleva por nombre
El lenguaje de la música.
Tras este primer ciclo radial pasaron varios años
antes de que Plaza volviera utilizar este medio de comunicación.
Lo hizo nuevamente en 1956, cuando transmitió por la Radiodifusora
Nacional un ciclo de 12 charlas sobre Wolfgang Amadeus Mozart con motivo
de celebrarse el bicentenario de su natalicio.
Al
utilizar parte de este material se agradece citar la siguiente fuente:
Sangiorgi, Felipe. Vida y Obra del Maestro Juan Bautista Plaza.
CD-ROM. Fundación Juan Bautista Plaza, Caracas, 2002. |